domingo, 22 de noviembre de 2009

Flashforward






Quería comentar un poco esta serie que salió en las televisiones hace no mucho y que está basada en la novela del mismo nombre del escritor canadiense Robert J. Sawyer.
El argumento de la serie me llamó la atención desde un pricipio. Me apasiona la ciencia-ficción, los thrillers, y me pareció original. Como ya sabréis la gran mayoría, (sí, decido hablar hacia un público hipotético finalmente, si no, escribiría en un cuaderno, supongo) el argumento gira en torno a un fenómeno que tiene lugar en todo el mundo al mismo tiempo. Todas las personas que pueblan el planeta pierden la consciencia durante exactamente 137 segundos. Y durante ese periodo de tiempo, son capaces de visualizar un pasaje de su futuro. Cuando despiertan, claro está, a muchos la gracia les ha costado la vida, gente que se encontraba en un avión, o conduciendo o mil y una situaciones en las que quedarte grogui 2 minutos y pico pueden pasarte factura. Y la serie tiene ahí su punto de partida. Pues bien, lo que pintaba bien ha resultado ser un globo que se va desinflando poco a poco, no se ha sabido mantener la tensión de la historia. A base de historias absurdas sobre nazis (que son el lobo feroz para los americanos), de buscar relación en cuervos que mueren a puñados (¿un intento cutre de acordarse de Poe?)o la última vez que lo vi, un club de pirados suicidas masoquistas jugando a la ruleta rusa porque como ya sabían que iban a morir, total qué más daba todo. Esto último en especial me pareció bastante gracioso y contradictorio. Se supone que si durante los 137 segundos de clarividencia solo se percibe la nada, es que uno no tiene futuro. Y hasta ahí totalmente comprensible. Pero, estos individuos sin futuro, los fantasmas, deciden que como van a morir en 6 meses, prefieren matarse, y, además, sufriendo, jugando a la ruleta rusa y colgándose de ganchos en la pared. Y digo yo, si esa reacción fuera normal, ¿no estaríamos todos suicidándonos desde que tenemos consciencia de la muerte?
Y el planteamiento de la serie es bueno, pero yo ya me he desenganchado. No me entretiene, al menos no el último par de capítulos que vi. Si estoy frente a la televisión, bien, pero en cuando puedo, me pongo a otra cosa.
El único momento en que más me enganchó la serie fue cuando añadió a la escena simbología y referencias a literatura que sí me interesan. Como cuando el que piensan es uno de los culpables de causar tal enredo con el tiempo deja un mensaje antes de prenderse fuego nombrando a la Reina Blanca. No sé por qué luego no se ha vuelto a mencionar esto, o puede que me ha haya perdido algún capítulo. Pero eso igual si hubiese dado juego y no supieron utilizarlo.

La Reina Blanca, personaje enigmático donde los haya, como todos los pertenecientes a ese mundo de brumas en el que Carroll pierde siempre a su Alicia. Y tiene sentido dentro de este contexto porque la Reina Blanca tenía una memoria que funcionaba en ambas direcciones, hacia delante y hacia atrás en el tiempo. En una secuencia de A través del espejo, grita de dolor momentos antes de que le pinchen un dedo.

Y este es otro tema que daría de qué hablar: ¿qué obsesión tienen con Carroll los que escriben ciencia ficción? Como Perdidos, o Matrix para nombrar una de las películas más conocidas que le ha hecho referencia, Neo cayendo por la madriguera del conejo.
Pero esto ya se nos va de madre. La obsesión puede ser la misma que la que tenemos todos los que hemos leído, y en nuestra locura pretendemos también comprender, a Lewis Carroll.

Resumiendo, la serie estaba bien, pero como no espabilen un poco metiendo chicha dejaré de verla porque se vuelve floja. Entre eso, y el suplicio que tiene que suponer en todas las casas españolas aguantar a tu padre diciendo "flarfouar" cada vez que tiene ocasión (que suena gracioso, dice) pues vamos a coger manía a la serie, y eso que igual la novela entretiene.