domingo, 7 de marzo de 2010

Arte

Hoy me he peleado con el ordenador, que ha hecho un amago de dejarme tirada. El pobre últimamente está más pa'cá que pa'llá (para acá suena de un raro...) y he tenido que hacer copias de seguridad novayaser.
Me he topado de pronto con un par de historias que tenía guardadas. Hace un tiempo, la escuela de escritores realizó un concurso de micro relatos de  novela negra. Eran con motivo de las novelas de Stieg Larson, y debían comenzar con la frase "La sangre sobre la nieve es más roja" y ocupar solo 300 palabras y poco.
Yo más por curiosidad que por otra cosa, me lancé a intentarlo y envié dos micro relatos.
Me he encontrado hoy con ellos en una carpeta que lleva por nombre "intentos" y me ha hecho gracia. He pensado ¿por qué no colgarlos por aquí? No es que piense que alguien me lee...
Quise escribir un relato desde el punto de visto del "autor" y otro desde el punto de vista de la "víctima". No es que piense que matar es un arte, sino que dentro de la pequeña historia que me monté, es como el asesino se llamaría.
Como siempre, poner lo que ronda en mi cabeza en palabras acaba resultando en algo que no merece ser escrito. Creo que mi principal problema es la vaguedad de las ideas que quiero contar. Pero os dejo que juzgueis vosotros.

Arte

La sangre sobre la nieve es más roja. Eso había pensado al verla allí sin vida, su melena oscura sobre la nieve, sus ojos azules ya fríos; de fondo, el sol naranja que se apagaba.
Y la quería de verdad, como nunca antes. Pero había fallado, porque sentía dolor. Pensó que él era el culpable. Un mes atrás la había atraído con una sonrisa, y pensó: «Qué fácil».
Ahora no tenía salida, miraba otra puesta de sol desde la azotea de aquel edificio gris.
Un atardecer muy distinto.
Ella era perfecta, tanto que casi había arruinado su obra. Y ahora sentía un vacío inesperado. Debería sentirse completo, no vacío.
 Quedaba poco tiempo, ya oía el eco de las sirenas.
Había merecido la pena, por aquel momento en la nieve. Por haber hecho que su amor durase siempre.
Los pasos se acercaban.
Era el momento, todo o nada. Tenía que elegir.
Se acercó a la cornisa, y eligió la libertad.


Quise que el título diese una explicación a la historia, aunque no sé si con éxito. Arte. El relato comienza mezclando colores. La sangre, la nieve, la melena, los ojos, la puesta de sol...
Una pintura que acaba desgarrando, no queda claro si por su belleza o por su crueldad.
A veces creo que soy demasiado abstracta como para llegar a hacer algo bueno alguna vez... (que no se me entienda mal, simplemente que no plasmo todo lo que quiero plasmar).


Lágrimas afiladas

La sangre sobre la nieve es más roja, pensó. Se desplomó sobre la calle helada. El puñal manchado, a su lado.
«No remuevas el pasado», recordaba decir a su padre.
Maldijo aquel día en que encontró una amenaza en su buzón. «Asesinos», decía. Lo que creyó un desvarío terminó en una investigación que la había obsesionado. Su propio hogar como escenario de más de un crimen en el pasado. Había movido cielo y tierra para averiguar la verdad sobre aquella casa y sus inquilinos.
La pesadilla comenzó cuando encontró su apellido entre los sospechosos. ¿Todas aquellas amenazas surgirían, por error, de tal coincidencia? Su familia no estaba a salvo.
Cogió el teléfono, la policía la ayudaría.
No había línea. Huyó asustada.
Fuera estaba su padre. El dolor reinaba en su mirada cargada de lágrimas.
Sintió el metal en su vientre, pero fue aquella mirada la que acabó con su vida.



Y esta es la segunda historia. Sí, el título no es lo mejor que he hecho en la vida. A decir verdad es un poco un topicazo, traición y cortar la línea de teléfono :S. Lo que quería sobre todo expresar es que lo que la mató no fue aquel cuchillo. No todos los asesinatos conllevan mancharse las manos de sangre, ¿estáis seguros de que solo morimos una vez en nuestras vidas? Sí, no estoy muy cuerda a veces...


Para quien quiera ver quién fue el ganador (efectivamente, no fue una servidora :):
http://www.escueladeescritores.com/article2130.html  

En fin, solo son frustraciones de una niña rara que decía que quería ser escritora... y se acabó haciendo traductora.